FINALISTAS POR PARTIDA DOBLE
Por primera vez en una misma temporada, dos equipos del club acceden a la Fase Final del Campeonato Escolar de Madrid.
Tanto el Volei Juvenil fem A de 2º Bach, como el Baloncesto Benjamín B de 3º EP, se han plantado en la mismísima Final de Madrid tras jugar las eliminatorias de la Fase Zonal a un nivel espectacular. Aquello que hace 25 días sonaba tan sólo como una posibilidad algo lejana por las circunstancias de cada equipo, se ha convertido en una ilusionante realidad. Las primeras con el hándicap de la exigencia académica todo el año y con la EvAU a las puertas, los segundos siendo la primera temporada que competían oficialmente.
Las chicas jugaron en Móstoles, primero la semifinal ante Voleibol Alcorcón (2-0; 25-16 y 25-17) y la final ante Logos (2-1; 20-25, 25-20 y 15-12), que derrotó en la otra semifinal a Escuela CV Móstoles. El hecho de coincidir dos representantes de grandes municipios parecía una desventaja inicial pero fueron los dos colegios quienes a la postre se lo jugarían todo.

Se entiende que los municipios pequeños se representen a sí mismos ante la dificultad de tener su propia liga con múltiples colegios, pero que se presenten localidades como Alcorcón o Móstoles no deja de adulterar una competición denominada «escolar», pues no es lo mismo lograr un equipo entre 800 o 1000 alumnos que entre 200.000 habitantes. El deporte en edad escolar se delega cada vez más en los clubes y menos en los colegios y es evidente que algo estamos haciendo mal. En todo caso, espectacular actuación de las chicas de Keilin Nuñez y Juan Morales que con gran actitud derrotaron a Alcorcón en semis y fueron capaces de darle la vuelta al marcador en una dura final ante Logos.

Por su parte, los chicos de Alberto Gualis y Daniel Monsalve, hicieron dos auténticos partidazos. La semifinal contra Gredos San Diego Las Rozas, un equipo con muchos centímetros y velocidad, resultó ser la auténtica final, pues de ahí hubiese salido el ganador final sí o sí. El Liceo Sorolla manejó el banquillo y la rotación de jugadores mucho mejor que el rival y sacrificó el resultado de inicio depositando mucha confianza en la defensa de sus jugadores para que la desventaja fuera mínima y luego, con toda la artillería en pista, remontar. Una apuesta siempre arriesgada, pues con el reloj corrido cualquier ventaja del rival puede ser definitiva. Así, los parciales de 3-10 y 9-16 del 1er y 2º cuarto no presagiaban nada bueno, pero un parcial de 18-7 en el 3er cuarto (27-23), con dos triples incluidos, puso patas arriba el partido y dejaba todo por decidir en el último cuarto. El rival para entonces ya estaba descompuesto: técnica al banquillo por usar la defensa en zona (algo prohibido y que el entrenador contrario usó a sabiendas reiteradamente), jugadores desfondados, quinteto muy desequilibrado, protestas al árbitro por no pitar nada y por pitar demasiado… un drama.
Los nuestros, sin embargo, muy disciplinados a lo largo de la temporada en jugar serios y concentrados, y aupados por la remontada, siguieron jugando con un aplomo impropio de estas edades, incluso cuando a falta de un minuto Gredos se ponía agónicamente 2 arriba (33-35) más bien producto de nuestros errores en este último cuarto (1-9 en tiros libres y múltiples posesiones que acababan sin acierto), pero un tiro libre de Telmo Peña y una fabulosa bandeja final de su hermano Marcos dejaron el partido en un definitivo 36-35 de infarto.
La final contra Villa Europa fue calcada. Empezar por debajo para al final remontar, si bien las diferencias en los dos primeros cuartos fueron más asequibles (12-17 y 23-29) que contra Gredos. Villa Europa contaba con sólo 8 jugadores, lo mínimo exigible por el reglamento. La ventaja: que no tiene que hacer cambios entre 12 jugadores, lo que facilita su estrategia y tener quintetos mas equilibrados (de hecho, se sabe de entrenadores que han dejado fuera del partido a parte del equipo y se han llevado sólo a los 8 mejores a jugar, desvirtuando la filosofía de este sistema que obliga a jugar a todos los presentes). La desventaja: que dos partidos seguidos acaban por pasar factura física y mentalmente. Y así fue. Un parcial de 22-4 en el 3er cuarto (45-33) dejaba casi sentenciados a los mostoleños, siendo suficiente mantener el orden y el intercambio de canastas para ganar el partido, destacando entre los sorollistas Ignacio Calderón que, totalmente desatado y aprovechando la agotada defensa rival, marcó el ritmo de juego como hacía tiempo no se veía en una pista de benjamines.
Y ahora… ¡¡A POR LA FINAL!! ¡¡VAMOS SOROLLA!!
