Hasta 1988, fecha de creación del club deportivo, los equipos se formaban gracias al esfuerzo de unos pocos profesores, principalmente de  Educación Física como D. Angel Crecente y Dña. Carolina de la Reina, ya jubilados.

Entonces uno no participaba en tal o cual equipo sino en “la selección del colegio”. Así, los jugadores interesados se sometían a unas “pruebas” y eran seleccionados en función de sus destrezas para formar habitualmente un único equipo por categoría, si es que daba para tanto.

Un buen número de jugadores de Baloncesto se mantuvo varias temporadas compitiendo en liga municipal y algunos de ellos empezaron a dirigir equipos, permitiendo la consolidación de las categorías de base, principalmente Minibasket.

El problema para estos jugadores surgió a la hora de abandonar el colegio. La única manera viable de seguir jugando juntos, y a la vez vinculados con el centro, era la formación de un equipo federado. Pero eso requería un apoyo mayor y una estructura diferente.

Un paso adelante

A falta de una asociación de antiguos alumnos, el proyecto que se presenta a la dirección reúne ambos aspectos: el deportivo y el asociativo. 

Al proyecto se suman algunos profesores que hacen las veces de Junta Directiva, presidida por D. Lorenzo Martínez (profesor de ciencias sociales), contándose con el apoyo incondicional de la dirección del centro, en especial de su fundador, D. Angel Llorente (q.e.p.d.), cuyo nombre da oficialidad a nuestro pabellón cubierto y a cuya memoria dedicamos cada temporada un torneo muy especial en el que participan nuestras promesas más jóvenes.

Tras confeccionar los estatutos del nuevo club y formalizar la inscripción en la antigua sede de la Federación de Baloncesto en la calle Núñez de Balboa, el equipo queda inscrito en la Segunda División Autonómica para la temporada 1988-89.

El club empezó dedicándose exclusivamente al Baloncesto y con vocación claramente federada.

Al cabo de tres o cuatro años empezaron a obtenerse los primeros resultados destacados, con algunos ascensos y presencia en algunas fases finales, pero los resultados realmente importantes se obtuvieron tras casi siete años de duro trabajo.

En 1995-96 se contaba con 120 jugadores y todos los equipos de base se encontraban luchando en Preferente (24 mejores de Madrid) mientras que el senior peleaba en la Segunda División Nacional (posteriormente denominada Liga EBA).

El Fútbol se fué abriendo paso poco a poco hasta ser una sección tan potente como la de Baloncesto. Así mismo, secciones como Atletismo o Natación se fueron incorporando al organigrama deportivo.

Fin de un ciclo

La inmensa mayoría de los jugadores y jugadoras del club eran entonces alumnos de ESO, Bachillerato y universitarios que querían seguir perteneciendo al colegio.

El nivel competitivo conseguido, sumado al gran ambiente que había entre jugadores, entrenadores y directiva, atrajo además a multitud de jugadores y jugadoras de otros clubes interesados en pertenecer a nuestros equipos.

La sección de Baloncesto llegó a poseer entre su equipo técnico a cinco Entrenadores Nacionales, algo inaudito incluso entre los clubes históricos de Madrid.

Pero todo tiene su fin, incluso el mejor de los momentos.

El coste económico que suponía mantener todo ese nivel competitivo (arbitrajes, licencias, entrenadores, material, alquileres, etc), diferentes conflictos surgidos en el uso y gestión del pabellón cubierto durante el año de su inauguración, la competencia del recién creado CB Pozuelo con el apoyo discriminatorio del Ayuntamiento y los paulatinos cambios en las circunstancias personales de quienes sostenían el club de forma casi altruista, terminaron en 1997 con una época imborrable para todos sus protagonistas: familias, directivos, entrenadores y jugadores.

Vuelta a los orígenes

El cambio de ciclo supuso un cambio en las formas y los objetivos pero no en el rigor ni en la vocación hacia la enseñanza deportiva de sus actuales responsables.

El deporte federado de élite dió paso a la iniciación deportiva, al aumento y variedad de actividades y al regreso a la competición municipal, auténtico germen de lo que llegó a ser el club federado.

Nuestros alumnos/as más jóvenes han sido desde entonces los protagonistas pero los equipos han ido federándose a medida que los mayores se mantenían en el club.

Ahora contamos con más de 700 deportistas y nuestros entrenadores son, en el 90% de los casos, exalumnos y exjugadores, lo que hace de los deportes del Sorolla algo tan especial como lo fue entonces.

Un club de referencia

En todo este tiempo hemos conseguido aumentar en 13 puntos el número de alumnos que hace deporte en el club, tanto en chicos como en chicas, que haya menos diferencia entre el número de chicos y chicas que hacen deporte que en la media española y reducir la población sendentaria del colegio a la mitad, siendo la media nacional 15 puntos mayor.

Así mismo, hemos logrado duplicar el número de alumnos que practica 3-4 horas/semana, que la permanencia en las actividades del club haya aumentado y que más del 80% de nuestros deportistas entre 12 y 18 años lleve 7 temporadas o más con nosotros, siendo la permanencia media en esas edades de 9 temporadas. Eso significa que nuestros deportistas llevan realizando deporte el triple de tiempo que la media nacional.

Todo este trabajo tuvo su recompensa en 2017 cuando el Ayto. de Pozuelo de Alarcón otorgó al Liceo Sorolla el «Premio al Espíritu Deportivo».

Desde aquí queremos aprovechar para agradecer una vez más a todos los jugadores, entrenadores y familias que hayan estado o estén con nosotros por su confianza, a la dirección por su apoyo incondicional y a la secretaría del centro, a los jefes de estudios, al profesorado y a todo el personal no docente por su colaboración. GRACIAS A TODOS!!